1 abr 2008

Pasos a seguir para despertarse con buen pie.


PASO A: Cruce el umbral de los sueños esta vez al revés de regreso hacia el mundo real. Hágalo con delicadeza, sin soñar en saltos bruscos al vacio o muertes violentas que lo despierten de sopetón. Ejecute un plan de fuga asiendo suavemente el pomo de alguna habitación en la que cual transcurra alguno de sus sueños, ábrala lentamente, dejese cegar por la luz que emana del otro lado, cruce el umbral de la puerta en dirección al mundo de los vivos.
En el momento en que alcance ese objetivo inalcanzable su cerebro se dará cuenta de que es provable que esté ud. soñando ya que en la realidad los anhelos inaccesibles no suelen alcanzarse. Eso hará que su mente logre cruzar mediante el raciocinio el umbral de los sueños y, de esta forma estará empezando a despertar correctamente. Si no funciona prube lo contrario, intente cabar un tunel bajo sus pies para intentar salir por el otro lado del mundo.
Para estos menesteres tenga en cuenta que siempre será mejor que a uno lo despierten con un beso y un susurro que con el habitual grito más codazo en el costillar.

PASO B: Partiendo del suposito de que ud. duerme solo o lo hace con alguien a quien odia profundamente en este Paso para conseguir despertarse correctamente será absolutamente esencial que se tire un (preferiblemente) estruendoso, (recomendablemente) retumbante e (inevitablemente) maloliente pedo. Este oxigenara su interior de gases viciados durante la noche, purificará sus entrañas y, si posee ud. la suficiente empatía, le hará entrar en conciencia del mundo circumdante, osease, la cama en que despierta y quien puede haber más allá de las paredes de la habitación.

PASO C: Recordarse. Antes de abrir los ojos será conveniente recordar quien es ud. o de quien se trata. Este recuerdo, usualmente, suele sobrevenir sin más al cabo de un segundo después de tomar conciencia de la realidad. Sin embargo, en algunas ocasiones o en determinados sujetos, será necesario hacer un poco de memoria antes de poder acordarse de quien es uno mismo. Para facilitar el acceso a la propia identidad intente recordar su nombre, si no lo consigue, repase el abecedario en orden alfabético descendente intentando componer nombres que empiecen por cada una de las letras. Si esto no funciona, de momento, pálpese la entrepiera para saber, en todo caso, más o menos, si ud. es hombre o mujer. O toque su cara para poder ver como lo haría un ciego sus propios rasgos faciales. Pero en ningún caso debe abrir los ojos sin haber recordado antes quien es ud. o podría olvidarlo para siempre.

Si la amnesia prosigue intente recordar, al menos, su pelicula favorita, su canción preferida o su obra de arte predilecta. Si resulta no tener pelicula, canción o obra de arte que le definan como ser humano pruebe, al menos, a evocar su mayor virtud y su peor defecto. Para definir sus sentimientos intente acordarse de la persona que más quiere y de la que más odia; aunque si resulta ser la misma persona esto los confundirá aun más.
Si a pesar de todo no consigue recordar quien es. Como último recurso intente pensar que tipo de persona le hubiera gustado ser y abra los ojos. Quizá con un poco de suerte consiga serlo.

PASO D: Abrir los ojos. Hágalo como se abre una persiana por la mañana, como se abre una nuez. Ábralos como se abren unas piernas para ser folladas, como se abren las entrañas de un pez.Abra sus ojos como si se abrieran las puertas de un centro comercial el primer día de rebajas. Ábra los ojos cada mañana como se abren los libros, igual como abre el subsuelo de la tierra un terremoto. Ábralos así.

PASO E: Desperecese, quitese las legañas, rasquese, másturbese o haga el amor si procede. Intente recordar su último sueño para poder contarlo como anecdota en un aperitivo o poder interpretarlo guiado por su psicoterapeuta. Haga planes de lo que debería hacer hoy. Piense que este podría ser el último día de su vida. O, si este pensamiento le produce ansiedad, mejor piense que este podría ser el primer día de su vida.

Entonces, salte de la cama con decisión. Aunque antes debería asegurarse de que no se trata de la litera de arriba de una cama doble. Con lo que podría muy bien ser que ud. estuviera en la carcel o tuviera muy corta edad y estuvieras durmiendo aun en la misma habitación que tu hermano/a o, en todo caso, que el piso que vives es muy pequeño. De todas formas, si ese es el caso baje con precaución. Pero, sea cual sea su cama, la de arriba o la de abajo, doble o indibidual, blandita o dura; aunque sea la cama de la suit principal de un hotel de lujo o una cama de cartón dentro del cajero de una sucursal bancaria, tanto si durmes bajo las estrellas como si surcas el cosmos des del camarote de una nave espacial, aunque se trate de la cama hecha de clavos de un faquir o el relleno de colchón sea de plumas de ave fénix, sin importar que sea una cama de hospital de la sección de maternidad donde nacen los niños o la del pabellón de enfermos terminales del mismo hospital donde la gente va a morir. Da igual. Cuando te levantes, hazlo siempre con el pie izquierdo, apoyando la planta de ese pie en el suelo en primer lugar, tentando al destino, achuchando a la vida, sin miedo a nada de lo que pueda pasar después de haber conseguido despertarte otro día más.

Via: Grafomania

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